La escalada es el deporte más traumático sobre la mano y el resto del miembro superior, de hecho, la lesión sobre la que vamos a hablar a continuación es casi exclusiva de escaladores. Las causas que pueden provocar una lesión de polea son los bidedos o monodedos, los lances y agarres en regletas o movimientos de arqueo. Los grados de lesión de esta estructura depende de si es un traumatismo de alta intensidad que puede provocar una rotura parcial o incluso total (el tratamiento es quirúrgico en este último caso), o microtraumatismos que van generando procesos inflamatorios en las poleas.
Antes de seguir, debo aclarar qué es la polea y qué función tiene. Es un ligamento anular que protege y fija el recorrido de los tendones flexores de la mano. Hay 5
poleas en el dedo que van desde la articulación metacarpofalángica (A1), en las siguientes articulaciones interfalángicas y en las dos falanges más proximales, la polea A2 que se encuentra en la
falange proximal es la que porcentualmente más se lesionan los escaladores.
La función que tienen es tan importante que si se rompiera una de estas poleas el tendón quedaría en forma de “cuerda de arco” ya que se eliminaría el sistema que lo
mantiene dentro de su recorrido anatómico.
Los síntomas que notamos en este tipo de lesión son: Chasquido con dolor, inflamación, hematoma, dolor durante el movimiento en flexión y en alguna ocasión en este
movimiento vemos una cuerda de arco que indicaría rotura total. La actuación a continuación sería aplicar hielo varias veces al día, antiinflamatorios, reposo deportivo y de cualquier actividad que
implique al dedo lesionado y durante las 2 semanas siguientes, recibir un tratamiento de Fisioterapia oportuno (ultrasonidos, masoterapia, electroterapia, laserterapia, ejercicios de movilidad
articular y excéntricos para los tendones). Durante la última fase de recuperación de la lesión sería conveniente volver al entrenamiento de forma muy progresiva y aplicar el vendaje funcional
durante la sesión de escalada.
Hay varios tipos de vendajes funcionales que se deben poner con la tensión adecuada y la forma correcta según la polea que está lesionada, por ejemplo, si la polea
lesionada es la A2 se aplica un vendaje circular, si es la A3 y A4 un vendaje en 8 y si es la A3 sola un vendaje en H. Hay que tener especial precaución con la correcta aplicación del vendaje,
es decir, no ponerlos con gran presión ya que cortaría la correcta circulación sanguínea del tendón, no desenrrollarlos mientras lo pones, hay que cortar la tira antes de pegarlo en el dedo y usar
este tipo de vendaje para el inicio de la actividad después de la lesión, no como preventivo.
La mejor prevención es un buen programa de entrenamientos con ejercicios excéntricos y concéntricos que estimulen el colágeno en los tendones para aumentar su fuerza y resistencia.
Clínica de fisioterapia Murcia Thorax.
|
|